Incendios forestales en los Andes del sur de Chile: Un desafío para la conservación de los bosques de montaña

Los incendios forestales en Chile han sido una problemática recurrente, pero en las últimos años, su frecuencia e intensidad han aumentado drásticamente, especialmente en la cordillera de los Andes del sur del país. Estos incendios han devastado vastas extensiones de bosques nativos, y a su vez han alterado profundamente los ecosistemas de montaña, afectando la biodiversidad, los suelos y los servicios ecosistémicos que estos territorios brindan a las comunidades locales y al planeta en general.

Según datos recientes de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), durante el período 2023-2024 se registraron más de 5.846 incendios forestales a nivel nacional. Un porcentaje significativo de estos siniestros ocurrió en la zona sur del país, especialmente en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, donde se ubican algunos de los bosques andinos más importantes del país. Los mapas de ocurrencia de incendios forestales de CONAF revelan que estas regiones han sido las más afectadas, con focos de incendios recurrentes en áreas de montaña, lo que ha ejercido una presión adicional sobre ecosistemas ya de por sí frágiles.

En lo que va de 2025, la situación no ha mejorado: 8.272 hectáreas han sido consumidas por el fuego en el territorio de los Andes del sur, lo que representa el 76,4% del total de áreas afectadas por incendios a nivel nacional. 

En una entrevista con Andrés Fuentes, investigador asociado del Laboratorio Natural Andes del Sur (LN Andes del Sur), se profundizó en los impactos de estos incendios y en los esfuerzos científicos para entender y mitigar sus efectos en los bosques andinos.

Un nuevo escenario en los Andes

Según Fuentes, los incendios forestales en Chile han experimentado un cambio significativo en las últimas dos décadas. “Antes, los incendios ocurrían cada 10, 15 o incluso 20 años. Hoy, estamos viendo incendios cada 5, 6 o 7 años, y en algunos casos, incluso con mayor frecuencia”, explica el biólogo especializado en ecología del fuego. Este cambio en el régimen de incendios está influenciado por factores como el cambio climático y las actividades humanas, que han creado un escenario propicio para incendios más frecuentes y severos.

 

En los bosques de montaña, este fenómeno tiene consecuencias devastadoras. Los ecosistemas andinos, que albergan especies únicas y frágiles, están siendo sometidos a un estrés constante. “Cuando los incendios son muy frecuentes y severos, los bosques cambian su composición y estructura. Esto altera su funcionalidad y, por ende, los servicios ecosistémicos que brindan, como la regulación del agua, la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad”, señala Fuentes.

La resiliencia de las especies

Uno de los hallazgos más destacados de las investigaciones realizadas por el LN Andes del Sur es la capacidad de algunas especies para resistir y recuperarse de los incendios. La araucaria araucana, un árbol emblemático de los Andes del sur de Chile, es un ejemplo notable de resiliencia. “La araucaria tiene adaptaciones evolutivas que le permiten resistir el fuego. Su corteza gruesa actúa como una coraza que protege los tejidos internos del calor intenso, y su capacidad de rebrotar después de un incendio es impresionante”, explica Fuentes.

Sin embargo, no todas las especies tienen esta capacidad. La lenga, un árbol típico de los bosques andinos, es extremadamente sensible al fuego. “Una vez que se quema, la lenga no rebrota. Si no intervenimos plantando nuevos ejemplares, esta especie puede desaparecer localmente”, advierte el investigador. Esta pérdida de biodiversidad no solo afecta a las especies en sí, sino que también altera la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, abriendo la puerta a la invasión de especies exóticas y ruderales, que pueden agravar aún más el problema.

La restauración post-incendio: Un desafío científico y tecnológico

Ante este escenario, existen proyectos interdisciplinarios que trabajan para desarrollar soluciones que permitan restaurar los bosques afectados por incendios en menos tiempo y con menos recursos. “Hemos logrado monitorear sitios experimentales durante más de 10 años, lo que nos ha permitido entender cómo se recuperan la vegetación y el suelo después de un incendio. Ahora, estamos combinando este conocimiento con tecnologías como la biotecnología y el monitoreo satelital para acelerar la rehabilitación de áreas quemadas”, detalla Fuentes.

Uno de los proyectos más destacados es el que se enmarca en los concursos de desafíos post-incendios forestales de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), que busca unir ciencia y tecnología para encontrar soluciones efectivas. “Estamos trabajando en ecobiotecnología para mejorar las condiciones de plantación y reforestación de especies nativas en áreas quemadas”, comenta el investigador.

A pesar de los avances científicos, Fuentes reconoce que uno de los mayores desafíos es lograr que la sociedad tome conciencia de su papel en la prevención de incendios. “El 99% de los incendios forestales en Chile son causados por actividades humanas mal planificadas o negligentes. A pesar de toda la información disponible, todavía cuesta que la gente interiorice esto”, afirma.

Para el investigador, es crucial que la ciencia no se quede en el ámbito académico, sino que llegue a la sociedad de manera clara y directa. “Todos somos parte del problema y todos debemos ser parte de la solución. Necesitamos mensajes claros y acciones concretas para romper este ciclo interminable de incendios”, concluye.

En cuanto a las proyecciones futuras, Fuentes es optimista. “Todavía hay muchas preguntas por responder, especialmente en temas como la fauna silvestre y los suelos, que son fundamentales para el bienestar de los bosques. Pero ahora es el momento de pasar del diagnóstico a la acción”, señala.

El LN Andes del Sur continuará trabajando en colaboración con otros investigadores, instituciones públicas y privadas, y la comunidad internacional para avanzar en la conservación y restauración de los bosques andinos. “La tecnología y la interdisciplinariedad serán clave para encontrar soluciones innovadoras y efectivas”, finaliza Fuentes.

Los incendios forestales en los Andes del sur de Chile son un desafío complejo que requiere una vinculación entre la ciencia y las comunidades, la conservación de estos ecosistemas depende de todos.