La Araucaria araucana, símbolo de los Andes del sur, enfrenta múltiples desafíos ambientales y culturales. Una investigación, ejecutada por Jennifer Antilao Romero, revela el rol clave de las comunidades indígenas en su preservación.
El Pehuén, también conocido como Araucaria araucana, es un árbol monumental que define el paisaje de los bosques templados del centro-sur de Chile y el noroeste de la Patagonia. Con un 95% de su población ubicada en la cordillera de los Andes, esta conífera endémica no solo es un icono natural de la región, sino también un pilar esencial en la historia y la vida de las comunidades Mapuche Pehuenche.
Durante generaciones, estas comunidades han mantenido una relación íntima con el Pehuén, considerándolo un ser vivo sagrado y una fuente vital de alimento, cultura y espiritualidad. Sin embargo, esta relación ancestral está siendo amenazada por actividades humanas, cambios ambientales y la falta de medidas efectivas de conservación. Este artículo aborda una investigación reciente centrada en los desafíos y las soluciones posibles para proteger al Pehuén, con un énfasis especial en la importancia de integrar a las comunidades locales en este esfuerzo. La investigación, liderada por Jennyfer Antilao Romero, fue presentada en el seminario “Tu investigación en 5 minutos” y elegida como una de las mejores por el público.
Definición del Pehuén y su relación con las comunidades
El Pehuén es una conífera que puede alcanzar los 50 metros de altura y vivir más de mil años. Su presencia imponente en el paisaje andino lo convierte en un árbol emblemático, mientras que sus características biológicas y culturales lo sitúan en el corazón de los ecosistemas bioculturales de la región. Este término, “ecosistema biocultural”, denota la interdependencia entre la biodiversidad del bosque y las prácticas culturales de las comunidades que lo habitan.
Para los Mapuche Pehuenche, el Pehuén es más que un recurso natural: es un ser vivo sagrado que estructura su cosmovisión y su vida cotidiana. El fruto del Pehuén, conocido como piñón, constituye una fuente esencial de alimento, especialmente durante los meses de invierno. Además, el árbol tiene un lugar central en ceremonias espirituales, tradiciones orales y prácticas de manejo sostenible que han garantizado su preservación durante siglos. Estas comunidades ven en el Pehuén un reflejo de su identidad y una base para la cohesión social, haciendo de su conservación una tarea urgente no solo desde el punto de vista ecológico, sino también cultural.
Objetivos de la investigación y dimensiones exploradas
El objetivo de la investigación fue comprender los desafíos de conservación del Pehuén desde la perspectiva de las comunidades locales, destacando las dimensiones históricas, culturales y ambientales que moldean esta relación. Para ello, se realizaron entrevistas en profundidad con habitantes de las comunidades pehuenches de Cruzaco y Quinquén, ubicadas en el sur de la comuna de Lonquimay. Estas entrevistas permitieron explorar tres dimensiones principales: la historia local, la valoración cultural, y las amenazas a los bosques
Desafíos, resultados y proyección
Los desafíos identificados en la investigación reflejan la complejidad de conservar un ecosistema biocultural en un mundo cada vez más presionado por el cambio climático y las actividades humanas. La extracción prematura de conos no solo limita la regeneración natural del Pehuén, sino que también debilita la disponibilidad de piñones, afectando la seguridad alimentaria de las comunidades locales. La ganadería, aunque es una actividad tradicional en la región, genera impactos negativos en los suelos y dificulta el crecimiento de nuevas plantas. Por último, la tala de árboles verdes, muchas veces vinculada a la demanda de madera, representa una amenaza directa para la supervivencia del bosque.
La investigación vislumbra la necesidad de un enfoque colaborativo que integre los conocimientos tradicionales de las comunidades locales con estrategias de conservación modernas. Esta participación no solo facilitaría la implementación de medidas de largo plazo, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y responsabilidad hacia el bosque. Además, la integración de las comunidades en la gestión del Pehuén podría servir como modelo replicable para otros territorios de Chile y el mundo.
Mirando hacia el futuro, la investigación concluye que, la conservación del Pehuén requiere un enfoque multidimensional que aborde tanto los desafíos ecológicos como los culturales.
El seminario “Tu investigación en 5 minutos” no solo permitió destacar investigaciones innovadoras como la de Jennyfer Antilao Romero, sino también sensibilizar al público sobre la importancia de proteger ecosistemas bioculturales como el del Pehuén. Este árbol emblemático nos recuerda que la conservación no es solo una tarea técnica, sino un acto de respeto hacia las comunidades que han cuidado de estos territorios durante generaciones. Al involucrar a los habitantes locales, la ciencia y las políticas públicas pueden encontrar un camino conjunto para garantizar que el Pehuén siga siendo un símbolo vivo de la identidad y la riqueza natural de Chile.